Sin duda, los análisis de orina en medicina forman parte de las pruebas más solicitadas para completar el diagnóstico de diferentes patologías; ya que además de ser exámenes sencillos y de bajo costo; aportan mucha información útil sobre el estado de salud de una persona.
En consecuencia, la aplicación de estas pruebas forma parte de la rutina de muchas especialidades médicas, de manera que sea posible identificar enfermedades en fases tempranas, poder realizar apropiadamente su abordaje o controlar la evolución de un caso.
¿Cómo se lleva a cabo un análisis de orina?
Básicamente consiste en recoger una pequeña cantidad de orina del paciente en un recipiente estéril; la cual posteriormente es analizada en un laboratorio para evaluar su aspecto físico, químico y microscópico.
En cualquier caso, características como el color, olor, densidad, apariencia, acidez, glucosa (azúcar), bacterias, entre otras; se cuentan entre los aspectos más generales que son evaluados durante la aplicación de estas pruebas.
En tanto que de forma general se habla de estos exámenes con mucha ligereza; se identifican tres tipos de análisis de orina determinados por la técnica de recolección y la condición médica del paciente:
1. Análisis de orina básico: El médico puede recomendar un análisis de orina básico, como parte de un chequeo de rutina, control del embarazo, preparación pre-quirúrgica o para determinar el origen de diversos trastornos como la diabetes, enfermedades renales o hepáticas.
Asimismo, es importante hacer la recolección de la orina en un recipiente estéril, a primera hora de la mañana (la primera orina del día); quedando los resultados generalmente disponibles en el transcurso de las siguientes 24 horas.
2. Análisis de orina en 24 horas: Cuando el paciente experimenta dolor abdominal, de espalda, sangre en la orina (hematuria) u otros problemas de salud; es probable que se solicite este tipo de prueba.
Primeramente, esta permite conocer la cantidad de orina producida en 24 horas y comparar la suficiencia de la misma; analizando a su vez los niveles de creatinina, proteínas y otros químicos presentes en la muestra.
Para ello el paciente debe orinar en un recipiente o bolsa especial cada vez que use el baño durante un periodo de 24 horas; taparlo y mantenerlo refrigerado o en un lugar frío durante el periodo de recolección.
3. Análisis de orina con sonda: Este tipo de examen es poco frecuente y se solicita en situaciones muy particulares. Consiste en introducir una sonda (tubo) a través de la uretra hasta la vejiga para extraer de forma directa la muestra.
En este sentido, es importante acotar que esta prueba debe ser efectuada por un profesional de la salud calificado y es solicitada con cierta frecuencia en pacientes con patologías de incontinencia urinaria.
¿Cómo se evalúa el análisis de orina general?
Una vez la muestra de orina llega al laboratorio, esta generalmente se analiza desde tres enfoques: Examen visual, prueba con varilla y examen microscópico.
Examen visual: El técnico de laboratorio examina el aspecto de la orina, su color y turbidez; ya que a partir de estas alteraciones se puede determinar la presencia de bacterias o sangre en la muestra.
Prueba con varilla: Consiste en introducir una varilla con sustancias químicas en
la superficie de la muestra, que al hacer contacto produce cambios en la coloración
de la varilla. A través de este método de examina:
- Acidez (ayuda a determinar trastornos renales o en vías urinarias).
- Concentración (indicativo de suficiencia en la ingesta de líquidos; factor clave en casos de deshidratación).
- Azúcar (aplicado para la detección de la diabetes).
- Proteínas (niveles altos de concentración, puede indicar problemas renales).
- Bilirrubina (para detectar alguna enfermedad o daños en el hígado).
- Sangre (sus causas pueden ser ampliamente diversas y es preciso hacer exámenes especiales).
Examen microscópico: Para su realización se colocan varias gotas de orina en un microscopio; permitiendo analizar la presencia de:
- Glóbulos blancos (para descartar infecciones).
- Globos rojos (posible signo de enfermedad renal).
- Bacterias o levaduras (causa de infecciones).
- Cilindros (trastornos renales).
- Cristales (indicios de cálculos renales).
Finalmente, cabe señalar que un análisis de orina no arroja un diagnóstico definitivo si no está acompañado de otras pruebas complementarias y el análisis de un especialista.
De igual forma, es recomendable hacer este tipo de pruebas al menos una vez al año; a menos que se presente alguna sintomatología que amerite atención inmediata. Asimismo, en el caso de mujeres embarazas, esta rutina es mucho más frecuente; sin embargo esto dependerá de la orientación de su médico tratante.