Uno de los temas de salud que produce mayor preocupación en el hombre (especialmente luego de los 40 años) tiene que ver con la salud prostática y cómo cuidar la próstata para evitar complicaciones.
Ciertamente, cualquier patología que guarde relación con el aparato genitourinario del hombre causará preocupación a cualquier edad; sin embargo, gracias a publicaciones científicas y estudios realizados, en la actualidad somos más conscientes de las graves consecuencias que puede ocasionar un descuido en el chequeo oportuno de la próstata.
¿A qué se deben los problemas de próstata?
En primer lugar, hay que saber que la próstata adulta sana tiene un aproximado de 4 centímetros de ancho, 3 de alto, 2 de espesor y pesa alrededor de 20 a 25 gramos. Sin embargo, las dimensiones de esta glándula tienden a incrementarse con la edad y puede pasar del tamaño de una nuez a los 20 años, al de un limón a los 60 años.
En realidad no se conoce una causa que indique el por qué se produce el agrandamiento de la próstata; sin embargo se cree que este fenómeno se asocia a que los hombres a partir de los 50 años comienzan a experimentar diversas alteraciones hormonales, que incluyen cambios en los niveles de testosterona y crecimiento celular.
De tal manera que el envejecimiento y la aparición de células cancerígenas, son dos enemigos potencialmente peligrosos para la próstata.
¿Con qué frecuencia se presentan los problemas de próstata?
Básicamente, el término médico para referirnos al agrandamiento de la próstata es Hiperplasia Prostática Benigna (HPB) y afecta a más del 50% de la población de mediana edad y hasta un 80% de los hombre mayores de 80 años; provocando síntomas como necesidad urgente y repetitiva de orinar durante la noche, dificultad para la expulsión de la orina o un flujo muy lento y débil.
Sin duda, es más común de lo que se piensa; y es posible que su ocurrencia se relacione con otros factores, como procesos infecciosos en desarrollo, trastornos inflamatorios (prostatitis) o cáncer.
¿Qué debo hacer para cuidar la glándula prostática?
Antes que nada, hay que mencionar que no existen estudios científicos que abalen un método efectivo para evitar la prostatitis o el crecimiento de la glándula prostática. Sin embargo, a continuación te indicamos algunas referencias para que sepas cómo cuidar la próstata y evitar complicaciones de salud.
Evaluación médica periódica: La detección temprana de un tumor maligno, puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte. Obviamente, la próstata no es la excepción a esta afirmación; por lo que los médicos recomiendan al hombre de mediana edad someterse a exámenes preventivos al menos una vez al año.
De hecho, el conocimiento de los antecedentes familiares, así como la evaluación física y la aplicación de la prueba específica para medir los niveles de proteína prostática (PSA); forman parte de este protocolo de prevención.
Vida sexual saludable: Mantener una vida sexual sana y satisfactoria contribuye a la buena salud genitourinaria del varón. De hecho, las relaciones inadecuadas (sin protección) o incompletas (coito interrumpido) pueden tener cierta influencia en la aparición de enfermedades de la próstata y el tracto urinario.
Ejercicio y dieta saludable: Para cuidar la glándula prostática al igual que la salud en general, es importante conservar una buena alimentación rica en frutas, verduras y fibra.
Por otra parte, el ejercicio físico le evitará complicaciones a largo plazo; influyendo positivamente en la prevención de la obesidad y la hipertensión, enfermedades que afectan a un gran porcentaje de hombres en edad adulta. Asimismo, se recomienda evitar el consumo de alcohol y la ingesta de alimentos picantes.
La higiene: Conservar una buena higiene de la región genital ayuda en gran medida a reducir complicaciones e infecciones del tracto urinario; una de las principales causas asociadas al agradamiento de la próstata.
Por otro lado, el uso del preservativo durante el coito es otro método eficaz, ya que ayuda a evitar las enfermedades de transmisión sexual.
Consumo suficiente de agua: Lo ideal y recomendable es consumir al menos dos litros de agua diarios, siendo ésta la cantidad que el cuerpo necesita para mantenerse hidratado; pero que además ayudará a producir suficiente orina y así evitar la colonización de bacterias en el tracto urinario.
Finalmente, es importante señalar que si comienzas a percibir algún síntoma por leve que este sea o de alguna manera sientes que tus micciones cambian de forma repentina; lo más recomendable siempre será acudir a consulta con el especialista quien indicará las acciones que debes seguir según su apreciación.