Nefroscopia en Panamá
Cuando una persona manifiesta alguna dificultad renal, la evaluación del especialista es determinante en la toma de decisiones; y en este sentido, la nefroscopia en Panamá forma parte importante de dicha valoración.
¿Qué es la Nefroscopia?
La nefroscopia es un examen que permite visualizar el riñón mediante una imagen de alta resolución que facilita el diagnóstico y tratamiento de cualquier patología relacionada.
En particular, la nefroscopia es un procedimiento que se aprovecha en urología para hacer el abordaje de múltiples enfermedades que afectan el riñón; empleando para ello una delgada sonda de fibra óptica (nefroscopio), la cual se introduce por medio de una pequeña incisión en la piel.
No obstante, es una técnica usada mayormente para eliminar o extraer cálculos del riñón en condiciones difíciles, por lo cual se aprovecha su ligereza y diseño ergonómico, que facilita el trabajo del cirujano.
En consecuencia, gracias al uso de este instrumento es posible extraer cálculos de gran tamaño antes que estos lleguen a atascarse en la pelvis renal; siendo una práctica altamente segura y confiable en la práctica de la medicina moderna.
Instrumentos que se usan
Cuando se habla de Nefroscopia, el instrumental incluye:
- Nefroscopio con extremo recto.
- Fórceps
- Micro tijeras
- Canasta de esterilización y almacenamiento
- Cámara
- Sonda de nefrostomía
- Contraste radiológico
- Cistoscopio o ureteroscopio flexible (si se prevé su uso)
- Dispositivo para dilatación del trayecto percutáneo (puede ser metálico y reusable)
- Balón de dilatación
- Litotritor neumático, electrohidráulico o láser
¿Cómo es el procedimiento?
Como toda intervención, la Nefroscopia implementa pasos organizados que deben ejecutarse en orden. Entre estos tenemos:
Estudios previos
En la mayoría de los casos una urografía intravenosa es suficiente, pero también es recomendable hacer una tomografía computarizada con reconstrucción tridimensional en caso de una litiasis compleja.
En particular, este estudio permite reconstruir el árbol urinario superior y conlleva a decidir cuantas punciones serán necesarias y el trayecto de las mismas. El ángulo y tamaño del cuello calicial son determinantes en la dirección de la punción.
De igual manera, la ecografía resulta de gran utilidad, ya que permite determinar el ángulo pleural.
Preparación del paciente
La posición en que el paciente debe ser ubicado es decúbito supino, ya que facilita la introducción del catéter ureteral. Del mismo modo, si se prevé usar equipo radiológico, el paciente debe ubicarse en una posición específica con la guía del personal médico asistencial.
El catéter ureteral se debe introducir conectado a la inyectadora con contraste y el sistema purgado para evitar presencia de aire que pueda enmascarar imágenes de repleción ureteral.
Finalmente es retirado el cistoscopio, no sin antes fijar el catéter ureteral a la sonda uretrovesical, la cual a su vez estará conectada a una línea de infusión que servirá para inducir el contraste durante el procedimiento.
Punción
La aguja debe situarse en la línea media axilar posterior o cercana al ángulo costovertebral, para evitar lesiones en la vena renal. En pacientes con sobrepeso, la punción debe hacerse de manera perpendicular a la piel para evitar limitación de movimientos.
Anteriormente se realizaba una punción de aguja fina con mandril para localizar la vía urinaria. Una vez ubicada en la pelvis renal, una segunda aguja más gruesa se introduce en paralelo para posicionar a través de ella una guía e iniciar maniobras de dilatación.
En la actualidad esta técnica ha evolucionado, realizando la punción de abordaje de forma sistemática con una aguja sin mandril 17 gauge. Esto hace el procedimiento menos traumático y proporciona mejor haz de luz para reconocer la punción de la vía por la inmediata salida de la orina, evitando la maniobra de una segunda punción.
Dilatación
Seguidamente con dos dilatadores finos, se producen movimientos rotatorios. Si el arco costal ofrece resistencia durante el procedimiento, se redirecciona de manera oblicua hasta que entren suavemente.
Cuando el espacio calicial es suficiente, se podría optar por usar el balón de dilatación. No obstante, si el cuello es estrecho o existe la presencia de algún cálculo que impida la progresión de la punta hacia la pelvis renal, su uso estará contraindicado.
El balón debe ser llenado con suero y contraste. La dilatación del balón no es completa hasta que desaparece la imagen radiológica.
Procedimiento quirúrgico
Durante la práctica de una litotricia, es recomendable el uso de fuente de energía ultrasónica, la cual fragmenta y aspira más rápido la arena litiásica.
Por otro lado, si se trata de una litiasis de poco contenido, se recomienda el uso de energía neumática. Sin embargo, se debe ejecutar desde la periferia y progresar hacia el centro; cuidando no fragmentar de manera excesiva la masa litiásica para hacer más fácil su extracción.
¿Por qué se hace la Nefroscopia?
Previamente referimos que la Nefroscopia es una técnica que se emplea para extraer cálculos renales del cuerpo, en particular si estos son de gran tamaño y no pueden ser eliminados por sí solos.
A pesar de esto, también puede ser necesario aplicar una Nefroscopia cuando se presentan alguna de las siguientes complicaciones en torno a la litiasis:
- Cuando terapias de otra índole no han dado resultado.
- Si hay la existencia de un lito grande en el uréter que obstaculiza el flujo entre el riñón y la vejiga.
- Cuando existe una obstrucción en el sistema de recolección del riñón, debido a cálculos renales grandes.
¿Cómo prepararse para una Nefroscopia?
Antes de ejecutar este procedimiento, el paciente debe ser hospitalizado mínimo con un día de antelación o cuando lo solicite su urólogo.
Durante este tiempo, se analizan todos los tratamientos y medicamentos que tiene prescritos, para ajustar la dosis o suspenderla de manera temporal antes de la intervención.
Por otro lado, se indicará guardar ayuno al menos 8 horas antes de la aplicación del procedimiento para evitar cualquier complicación o generar efectos adversos con la anestesia.
Llegado este punto, otro aspecto importante que tiene que ver con el personal médico involucrado en la intervención, es la explicación clara y precisa del procedimiento de cara al paciente.
En este sentido, debe hacer de su conocimiento el tiempo de duración (una hora aprox..), cómo se desenvolverá el procedimiento (paso a paso), dar respuesta a las interrogantes que el paciente plantee y finalmente, facilitar el formulario de consentimiento.
Por último, una vez terminada la intervención el paciente permanecerá recluido al menos 24 horas bajo observación y cuidado médico para asegurar la normalización de sus signos vitales y el óptimo funcionamiento de sus vías urinarias, además de recibir otros cuidados asistenciales (entre ellos la revisión y lavado del catéter o el cambio frecuente de la bolsa colectora).
¿Cuánto cuesta una Nefroscopia en Panamá?
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