transplante renal
transplante renal
La enfermedad renal crónica o insuficiencia renal, es considerada en la actualidad un problema de salud pública.Cuando los riñones pierden su capacidad funcional, el cuerpo comienza a acumular desechos y líquidos que no logra excretar a través de la orina, generando diferentes complicaciones en la persona afectada que pueden llegar a comprometer otros órganos e incluso causarle la muerte. Para solucionar esto se puede recomendar un trasplante renal. Al encontrar un fallo en la función renal, el médico recomendará una estrategia de tratamientos para minimizar la afección, tales como iniciar sesiones de diálisis y evaluar la posibilidad de realizar una cirugía trasplante renal para poder sobrevivir.
¿Por qué se hace el trasplante de riñones?
El trasplante renal es una opción terapéutica crucial para pacientes con insuficiencia renal crónica terminal. Este procedimiento busca reemplazar la función deteriorada del riñón con uno sano y funcional, mejorando significativamente la calidad de vida y la supervivencia del paciente.
Procedimiento quirúrgico para el trasplante renal
Durante el trasplante renal, el riñón sano de un donante compatible se coloca en el receptor mediante una cirugía. Se conectan los vasos sanguíneos del riñón donado a los del receptor, así como el uréter, restableciendo la función renal normal.
La opción de tener un riñón transplantado presenta muchas ventajas sobre el tratamiento con hemodiálisis: ofrece al paciente mejor calidad de vida, le permite retomar su actividad física regular sin mayores inconvenientes luego de su recuperación postoperatoria y puede asegurarse una mayor longevidad.
Sin embargo, existen limitaciones sobre los trasplantes renales que tienen que ver con el volumen de pacientes que presentan enfermedad renal crónica avanzada y la cantidad de donantes de riñón, lo cual muchas veces condiciona la posibilidad de realizarlo. Hay una gran cantidad de pacientes en espera de trasplantes y una menor cantidad de donantes.
Para los receptores de trasplantes también existen otros aspectos como la edad; condiciones generales del paciente; enfermedades como el cáncer, cardiovasculares severas, infecciosas terminales y psiquiátricas; así como personas con dependencia al consumo de sustancias; que son posibles restricciones para obtener un riñón sano que varían de un país a otro.
Para llevar a cabo un trasplante, es preciso contar con un donante. Alrededor del 85% de los donadores son personas fallecidas o con muerte cerebral, a quienes se les extraen los órganos con procedimientos específicos según sea el caso, de manera que se conserve el riñón en óptimas condiciones hasta el momento en que es colocado en el paciente.
El 15% restante son individuos sanos tanto física como psicológicamente, quienes de manera voluntaria expresan su deseo de donar y deben someterse a una evaluación que compruebe sus condiciones generales de salud.
Entre ambas opciones, los estudios indican que el órgano proveniente de un donante vivo puede durar entre 30 y 40 años sin problemas; en contraparte el que se extrae a un cadáver tan solo unos 10 años. Para remover el órgano del donante voluntario, se lleva a cabo un procedimiento quirúrgico llamado nefrectomía, el cual puede realizarse aplicando alguno de estos métodos:
No dudes en Contactarme
Estoy a tu servicio
Estoy a tu servicio. Te ofrezco la guía que necesitas sobre la decisión de la vasectomía. Agenda una cita.
Agenda una VIDEO CONSULTA con el Dr. Mario Herrera
Nefrectomía abierta
Se realiza un corte en el abdomen por debajo de las costillas de aproximadamente entre 15 y 20 cm. de longitud. Con la ayuda de un instrumento llamado separador costal, se abre espacio entre las costillas y el cirujano puede tener acceso al riñón.
Nefrectomía laparoscópica
Se hacen 3 o 4 incisiones de 2,5 cm. cerca del ombligo para introducir los instrumentos y la cámara (laparoscopio), uno de los cuales se agranda hasta unos 7 – 8 cm. al momento de retirar el riñón.
Nefrectomía robótica
Es el método de tecnología más reciente en el cual el cirujano opera a través de una consola con un equipo de alta precisión que realiza una incisión de 6 cm. para extraer el órgano, maniobrando unos brazos mecánicos que se convierten en una extensión de las manos del propio especialista.
La cirugía laparoscópica representa una ventaja sobre la abierta, razón por la cual es mayormente aplicada hoy en día: El dolor post operatorio es menor, requiere una estancia hospitalaria breve, la herida es más cosmética y permite al donante la reincorporación a actividades físicas que le permitan volver a su vida habitual en un periodo de tiempo mucho más reducido que con el método convencional.
La cirugía robótica por su parte es ampliamente reconocida y recomendada ya que es mínimamente invasiva, sin embargo su uso aún no está masificado.
El riñón se prepara para su conservación por un periodo de hasta 48 horas, tiempo durante el cual se deben haber realizado todas las pruebas y preparativos para su colocación en el paciente. Antes de llegar a este punto, el receptor ha sido evaluado por un equipo médico que verifica sus condiciones e indicará si en efecto califica para el trasplante.
Normalmente el paciente “elegible” se incluye en una lista de espera, a menos que reciba una donación directa que usualmente proviene de algún familiar.
La cirugía en el receptor por lo general se enfoca en “conectar” el nuevo riñón al sistema del paciente. En casos muy específicos en los cuales los órganos deteriorados estén ocasionando algún tipo de problema adicional, se procederá con su extirpación total, pero normalmente éstos se mantienen en su ubicación original y el nuevo riñón se ubica en otro lugar alrededor de la zona pélvica. El cirujano conecta la vena y arteria del nuevo riñón con las del paciente y realiza sutura para fijar el uréter a la vejiga.
Una vez realizada la intervención, el paciente debe seguir un estricto cumplimiento de las indicaciones y citas de control médico que su especialista indique.
El período de recuperación total es de aproximadamente 6 meses, pero durante las primeras 6 u 8 semanas deberá realizar exámenes frecuentes para verificar su evolución y chequear que su sistema inmunológico no esté rechazando el nuevo órgano, para lo cual también deberá consumir una serie de medicamentos inmunodepresores que formarán parte de su rutina por el resto de su vida.
¿Por qué elegir al Dr. Mario Herrera?
El Dr. Mario Herrera es un médico cirujano especializado en urología, reconocido por su vasta experiencia en trasplante renal y su enfoque compasivo hacia el cuidado del paciente. Su pericia en procedimientos quirúrgicos, acompañada de un compromiso continuo con la innovación médica, asegura un tratamiento excepcional y una atención integral a cada paso del proceso.
Cómo es el proceso de preparación
Prepararse para un trasplante renal implica una evaluación exhaustiva para asegurar la compatibilidad del donante y del receptor. Esto incluye pruebas médicas, evaluación psicológica, educación sobre el procedimiento y los cuidados posteriores.
Una vez se completen los detalles de compatibilidad se agrega el paciente en una lista de espera hasta encontrar al donante adecuado y posteriormente realizar la cirugía.
Ventajas de un trasplante renal
Entre las ventajas del trasplante renal se encuentran la mejora en la calidad de vida, la reducción de la dependencia de la diálisis, y la posibilidad de una vida más activa y sin restricciones.
Cuidados posteriores al trasplante renal
Después del trasplante, se requiere una atención cuidadosa y seguimiento médico continuo para prevenir el rechazo del órgano.
Se deben tomar medicamentos inmunosupresores y se recomienda llevar un estilo de vida saludable para mantener la salud renal a largo plazo.
En resumen, el trasplante renal es una intervención significativa que ofrece una nueva oportunidad de vida para aquellos con enfermedad renal terminal.
El Dr. Mario Herrera, con su experiencia y compromiso, representa una opción confiable y comprensiva para aquellos que buscan este procedimiento. Sí deseas aclarar tus dudas agenda una cita.