Cáncer de Testículo
Cáncer de Testículo; síntomas, diagnóstico y tratamiento
El cáncer testicular no es precisamente una neoplasia frecuente; pero a favor, cabe señalar que presenta muy buen pronóstico en comparación a otros tipos de cáncer en el hombre. En particular, su prevalencia es de 1 por cada 250 personas de sexo masculino; y por lo general se diagnostica entre los 30 – 35 años de edad.
Del mismo modo, puede presentarse en uno o ambos testículos; siendo propenso a aparecer en varones con testículo no descendido (criptorquidia), que padecieron algún tipo de problema en su desarrollo testicular o aquellos que simplemente cuentan con antecedentes familiares de cáncer.
¿Qué es el cáncer de testículo?
En primer lugar, los testículos son pequeños órganos de forma ovalada que forman parte del aparato reproductor masculino y se encuentran ubicados en el escroto; una bolsa de piel que los sostiene por debajo del pene.
Además, son los encargados de producir las células sexuales (espermatozoides) y las hormonas masculinas (andrógenos). No obstante, en algunos casos estos pequeños órganos comienzan a desarrollar células anormales en sus tejidos; produciendo en consecuencia el crecimiento anormal de un tumor, o lo que llamaríamos cáncer de testículo.
Generalmente el cáncer se origina en las células germinales (más del 90% de casos); mientras que los llamados tumores estromales (los que se ubican en tejidos productores de hormonas masculinas) a pesar de su baja incidencia, son más frecuentes en niños que en adultos.
En este sentido, se clasifican 2 grupos:
- Seminoma; un tipo de cáncer menos agresivo, que generalmente se detecta a mayor edad.
- No seminoma; de rápida propagación y mayor prevalencia a temprana edad.
Síntomas.
Puede que la mayoría de varones no llegue a desarrollar cáncer de testículo; sin embargo, es importante estar atentos en caso de manifestarse alguno de los siguientes síntomas:
- Dolor o inflamación en el área de la ingle.
- Presencia de nódulos en la ingle o los testículos.
- Agrandamiento del testículo o pesadez en el escroto.
- Acumulación de líquido en el escroto.
- Dolores de espalda.
diagnóstico.
Sin duda, una de las principales formas de detectar el cáncer testicular es mediante el autoexamen; el cual permite al paciente reconocer cualquier cambio que se produzca en los testículos, como bultos o durezas.
En este sentido cabe recordar que las células cancerígenas pueden llegar a manifestarse en ambos testículos, pero lo más frecuente es que se presenten solo en uno de ellos.
Aun así, en caso de no llegar a detectarlo en casa, durante una revisión de rutina tu médico puede palpar e identificar la anomalía; en cuyo caso es probable que indique la realización de una serie de estudios para su identificación, localización y posterior establecimiento del esquema de tratamiento.
Entre los estudios que pueden ser solicitados en la fase de diagnóstico, se encuentran los siguientes:
- Ecografías.
- Análisis de muestras en laboratorio (marcadores tumorales en sangre).
- Tomografía axial computarizada.
- Orquiectomía inguinal radical (cirugía para extirpar el testículo).
Por otro lado, en el cáncer testicular muy rara vez se realiza una toma de muestras para biopsia; ya que existe un alto riesgo de iniciar una propagación.
TRATAMIENTO.
Antes de iniciar cualquier procedimiento, se debe conocer el estadio en que se encuentra el tumor y si existe diseminación a otros órganos del cuerpo. También es importante conocer el tipo de cáncer y las condiciones generales de salud del paciente. Siguiendo con las alternativas de tratamiento, la cirugía es una de las principales opciones ante el cáncer de testículo.
Por una parte, con la orquiectomía inguinal radical se extirpa el tejido afectado, que luego puede ser sustituido con una prótesis de solución salina. Así como ésta puede ser 100% curativa; también es conveniente considerar el riesgo de infertilidad si se tiene programado tener hijos en el futuro.
Por otro lado, la cirugía para extirpar los ganglios linfáticos se hace a través de una pequeña incisión en el abdomen que debe realizarse con el mayor cuidado posible; evitando daños en los nervios que puedan acarrear problemas de eyaculación a posterior. Además de esto, la radioterapia también puede aplicarse; aún cuando existe riesgo de afectación de la fertilidad o alteración del conteo espermático, enrojecimiento de la piel, irritación y otros efectos secundarios.
Igualmente, la quimioterapia sigue siendo una opción efectiva para su aplicación antes o después de la cirugía, ayudando a controlar la migración de células cancerosas. Del mismo modo, sus efectos secundarios varían de acuerdo a los medicamentos que sean administrados.