criptorquidia
Criptorquidia; causas, diagnóstico y tratamiento
La criptorquidia es una condición que se presenta durante el desarrollo fetal y se produce cuando uno o ambos testículos no descienden hasta el lugar que deben ocupar dentro del saco escrotal.
¿Cuáles son las causas de la Criptorquidia?
Antes del nacimiento, en el caso del varón los testículos inician su desarrollo a la altura del abdomen para luego descender y ubicarse dentro del escroto hacia las últimas semanas del embarazo.
Más tarde, estas glándulas completan su maduración y cuando el niño nace contará con ambos testículos en posición formando parte del aparato reproductivo propio de su sexo.
Sin embargo, en algunos casos los testículos no se desplazan como deberían y permanecen en el abdomen (Criptorquidia o testículo no descendido); condición que generalmente desaparece durante el primer año de vida.
En tanto que es un trastorno relativamente frecuente; los factores de riesgo que predisponen su aparición son los siguientes:
- Nacimiento prematuro.
- Factores genéticos (herencia).
- Niños con bajo peso al nacer.
- Consumo de alcohol, drogas y/o cigarrillo por parte de la madre.
Diagnóstico
A partir del momento que se identifica la ausencia del testículo en el escroto, normalmente el médico realiza el diagnóstico e informa a los padres a la hora del nacimiento. Sin duda, es probable que se presente la ausencia de ambos testículos; sin embargo es más común que ocurra solo en uno de ellos.
También es frecuente entre los pacientes con testículo no descendido que éste aparezca a lo largo del primer año de vida en un 85% de los casos (quizá un poco más). En cualquier caso, para identificar la posición del testículo faltante y completar el diagnóstico; es probable que el especialista solicite algunos estudios complementarios, entre ellos:
- Pruebas de imagen (radiografías, ecografías…).
- Pruebas de laboratorio.
- Estudios genéticos.
Al mismo tiempo, cabe señalar que existe otra condición llamada testículo retráctil que no debe confundirse con la Criptorquidia; ya que en estos casos se produce un reflejo que esconde temporalmente el testículo y luego vuelve a descender de manera espontánea (también común en niños pequeños).
tratamiento
Por otro lado, cuando el descenso no ocurre de manera espontánea; los pacientes con Criptorquidia deberán recibir tratamiento hormonal, practicarse una cirugía en el mediano plazo o lograr una combinación de ambos. Obviamente las inyecciones hormonales no surten efecto en todos los casos e incluso algunos estudios sugieren que solo es una alternativa eficaz en pacientes con testículo retráctil. Sin embargo, otros expertos afirman que sí funciona, pero solo en casos leves.
En consecuencia, la orquidopexia es el nombre que recibe la técnica quirúrgica que permite reposicionar el testículo dentro del escroto; haciendo para ello una pequeña incisión en la ingle.
Aun así, solo resultan elegibles para esta intervención los pacientes con testículo palpable o que han podido determinarse con anterioridad; ya que también es probable que el órgano simplemente no se haya formado o existan tejidos testiculares residuales que deban extirparse.
Por último, también puede darse el caso de llevar a cabo una cirugía de manera exploratoria cuando no se logra ubicar el testículo por medio de imágenes; resultando en estos casos especialmente útil la técnica laparoscópica.
Riesgos y complicaciones de la Criptorquidia
Tan pronto como se detecta esta condición, el especialista indicará los tiempos en los cuales es recomendable llevar a cabo la orquidopexia cuando ésta sea la solución más conveniente. De hecho, gracias a la detección y abordaje temprano es posible evitar o mitigar muchos de los riesgos asociados a la Criptorquidia; algunos de los cuales pueden ser:
- Predisposición a la torsión testicular.
- Desarrollo de hernia inguinal.
- Afectación psicológica del paciente.
- Testículo de menor tamaño.
- Infertilidad.
- Predisposición a traumatismos.
- Desarrollo de cáncer testicular.
En particular, el testículo no descendido debe ser tratado en un periodo que no supere los 2 años de vida si se esperan obtener los resultados más favorables; teniendo en cuenta como siempre, que el especialista es quien mejor puede orientar las acciones inmediatas o futuras en beneficio del paciente.