Litiasis; clasificación, diagnóstico y tratamiento
La litiasis es una de las principales patologías urológicas, que afecta por igual la salud de hombres y mujeres alrededor del mundo.
¿Qué es la litiasis?
Se reconoce como litiasis a la condición que se genera cuando existe la presencia y/o formación de cálculos (piedras) en algún órgano del cuerpo o vía excretora del mismo.
También llamada nefrolitiasis o urolitiasis, es una patología que indica la presencia de formaciones sólidas en el riñón o algún punto de la vía urinaria. Estas piedras se encuentran conformadas por ciertos minerales y sales ácidas provenientes de la orina, que mediante un proceso químico forman cristales.
Según estudios, hasta un 12% de la población por debajo de los 70 años padece algún episodio relacionado con cálculos renales.
Litiasis Renal
Antes que nada, la litiasis renal comprende la aparición de litos que se forman y permanecen en el interior del riñón.
Básicamente, estos cálculos se originan cuando los elementos que se cristalizan superan en proporción a aquellos capaces de diluirlos en la orina.
Cerca del 85% de los cálculos renales se componen de calcio (sales de oxalato de calcio y fosfato de calcio). Después existe un 10% que se forma a partir de ácido úrico y apenas un 2% con cistina.
Finalmente, el 3% restante corresponde a una serie de compuestos que se pueden presentar en casos mucho menos frecuentes: estruvita (fosfato de amonio y magnesio), xantinas o silicato.
En cualquier caso, el término litiasis renal se utiliza comúnmente para identificar los cálculos ubicados en algún punto de la vía urinaria.
Aunque estos pueden desplazarse, mientras permanecen alojados en el riñón su sintomatología es escasa e indolora. En contraste, cuando se mueven a cualquier otra estructura de la vía urinaria, son los responsables de causar un dolor terrible: El cólico nefrítico.
Litiasis Ureteral
Por otro lado, hablar de litiasis ureteral es referirnos a la presencia de cálculos con diferente forma, tamaño y composición en algún punto del uréter.
Desde la unión pieloureteral (en el extremo unido al riñón) hasta la unión ureterovesical (hacia la vejiga, en el extremo opuesto); la presencia de cálculos en los uréteres es muy común, ya que una vez formados en el interior del riñón buscarán salir naturalmente a través del conducto urinario.
Asimismo, según su ubicación precisa las piedras de una litiasis ureteral se identifican como cálculos ureterales del tercio proximal (superior), cálculos ureterales del tercio medio y cálculos ureterales del tercio distal (inferior).
Cuando el lito desciende hasta el uréter, puede continuar su recorrido y ser expulsado, o alojarse y crecer en algún punto de éste.
Esto provoca con frecuencia la obstrucción de la vía urinaria con posibles complicaciones, entre ellas incluso comprometer el riñón.
Litiasis Vesical
La litiasis vesical al igual que otros tipos de cálculo, se produce por acumulación de minerales en la orina que finalmente se cristalizan.
En particular, estos casos suelen aparecer en pacientes con ciertas limitaciones funcionales que les impiden vaciar completamente la vejiga; por lo que podría decirse que es una enfermedad casi exclusiva en hombres mayores de 50 años.
Al igual que ocurre con la litiasis renal, este tipo de formaciones pueden pasar desapercibidas durante algún tiempo o comenzar a provocar infecciones repetitivas antes de llegar a notarlas.
En este sentido, las condiciones que frecuentemente provocan una litiasis vesical son:
Vejiga neurogénica. Casos en los cuales existe un daño a nivel del sistema nervioso que condiciona los mensajes del cerebro para contraer o relajar los músculos de la vejiga.
Hiperplasia benigna de próstata. El agrandamiento de la glándula prostática puede provocar que la vejiga no logre vaciarse completamente.
Infecciones urinarias. Pueden producir inflamación y propiciar la aparición de cálculos en la vejiga.
Litiasis renal. El cálculo que desciende desde el riñón y no es expulsado, puede convertirse en un cálculo vesical.
Pruebas diagnósticas
Entre las pruebas diagnósticas que se practican a los pacientes bajo sospecha de litiasis, las más frecuentes son:
Análisis de laboratorio (muestra de orina).
Radiografías / ecografías de abdomen.
Tomografía Axial computarizada.
Sin embargo, los síntomas de la litiasis también pueden estar escondiendo otras patologías; por lo cual es sumamente importante consultar a un especialista y realizar todas las pruebas necesarias para confirmar el diagnóstico.
Entre las enfermedades que pueden descartar cerca del 50% de sospechas de litiasis se pueden referir:
Pancreatitis.
Peritonitis.
Obstrucción intestinal.
Apendicitis.
Colecistitis.
Lumbalgias.
Otras obstrucciones ureterales (estenosis ureteral, coágulos, abscesos…).
Al mismo tiempo, con el examen físico es posible conocer las condiciones generales del paciente e incluso palpar el abdomen para identificar cualquier distención de la vejiga.
Igualmente, en el caso de pacientes masculinos, es frecuente realizar la exploración rectal para conocer el estado de la glándula prostática.
Tratamiento y procedimientos para la litiasis
Siguiendo con todos los aspectos en torno a la urolitiasis, cabe destacar que cerca de la mitad de los cálculos son expulsados de manera espontánea por el paciente. Sin embargo, cuando el dolor es agudo y constante o la piedra no desciende naturalmente, se deben tomar otras medidas.
Una vez confirmada la presencia de cálculos en cualquier punto del sistema urinario, el tratamiento más elemental consiste en mantener hidratado al paciente aumentando la ingesta de líquidos.
A partir de su diagnóstico el especialista puede indicar fármacos específicos, entre los que resaltan los antibióticos y diuréticos. Si el paciente experimenta cólico nefrítico, puede aplicarse calor en la zona para intentar calmarlo mientras se administra algún antinflamatorio.
Cuando el cálculo es de gran tamaño, difícilmente puede ser expulsado del cuerpo a través del conducto urinario. En estos casos se debe aplicar alguno de los siguientes procedimientos:
Ureteroscopía con láser. Es una técnica mínimamente invasiva, que consiste en introducir a través del canal urinario el equipo, trasladarlo a la zona afectada y destruir la piedra con la aplicación de láser. Finalmente, los fragmentos son retirados con una cesta / fórceps.
Litotricia Extracorpórea. Consiste en la aplicación de ondas de choque que fragmentan el cálculo desde afuera. En este procedimiento no es preciso introducir ningún tipo de equipo o instrumento en el cuerpo del paciente.
Nefrolitotomía o Cirugía Percutánea. Cuando el lito es mayor a 2-3 cm de diámetro y se encuentra alojado en el riñón, es preciso aplicar este procedimiento que consiste en realizar un pequeño orificio en la cavidad renal para retirar la masa identificada.
Evidentemente existe una alta probabilidad de recurrencia de esta patología en el paciente posterior al retiro de un primer cálculo renal. Es por ello que entre las recomendaciones generales se sugiere hacer ajustes en la dieta y seguimiento a posibles alteraciones de tipo hereditario.
Del mismo modo, en algunos pacientes el especialista puede considerar la continuación de tratamientos con diuréticos y/o citrato de potasio de manera preventiva.